En 1990, el número de personas que vivían en situación de extrema pobreza era del 36%. En 2015, bajó hasta el 10% de la población mundial. No obstante, el ritmo al que se produce este cambio está disminuyendo, y la crisis de la COVID-19 pone en riesgo décadas de progreso en la lucha contra la pobreza.

 

Consecuencias económicas de la pandemia mundial

Una nueva investigación publicada por el Instituto Mundial de Investigaciones de Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas advierte de que las consecuencias económicas de la pandemia mundial podrían incrementar la pobreza en todo el mundo hasta llegar a afectar a 500 millones de personas más, o lo que es lo mismo, a un 8 % más de la población total mundial. Esta sería la primera vez que la pobreza aumente en todo el mundo en 30 años, desde 1990.

Desde CashKeeper sería pretencioso creer que podemos erradicar la pobreza, pero sí podemos incluir los colectivos vulnerables y con riesgo de exclusión sin acceso al sistema bancario y sin tarjetas de crédito, a poder realizar pagos en efectivo seguros tanto para el usuario como para el comercio. Y es que el 90% de la población española, rechaza la retirada del efectivo de nuestras vidas ya que es un sistema de pago seguro y muy recurrente en nuestro día a día.

 

 

Cashkeeper tiene como misión, promover el uso del efectivo en un entorno de confianza y tranquilidad, un medio de pago frecuentemente demonizado pero que garantiza un uso democratizado y anónimo de las transacciones.